Unos 170 efectivos de Fuerzas de seguridad, nacionales y provinciales, realizan este mediodía un nuevo rastrillaje en el predio de la ladrillera de Alderetes donde trabaja Darío Suárez, el principal sospechoso por la desaparición de la adolescente Daiana Garnica. El abogado de la familia de la chica, Sergio Pérez, afirmó que también está previsto que se busquen pistas en las márgenes del río Salí, donde testigos afirmaron que en la zona se arrojaron bolsas de contenido sospechoso.
Pérez indicó que ya está en la provincia el georradar de Gendarmería que sirve para buscar pistas hasta tres metros bajo tierra sin necesidad de hacer excavaciones. En diálogo con "Radio Rivadavia", precisó además que en el nuevo rastrillaje están afectados efectivos de la Policía Federal, la Policía Lacustre y todos los policías de la Regional Este de la Policía de Tucumán.
El letrado también confirmó que está todo acordado para que venga a colaborar con la búsqueda el cuerpo canino K9 de los Bomberos Voluntarios de Punta Alta, en Bahía Blanca, que semanas atrás encontraron el cuerpo de Araceli Fulles.
Durante los rastrillajes realizados la semana pasada los investigadores desarmaron algunos hornos de ladrillos, donde levantaron muestras de restos biológicos y una pieza de acero quirúrgico que parecía ser un piercing, como el que usaba Daiana. Aunque aún no se conocieron los resultados oficiales, fuentes de la investigación adelantaron que el chequeo de las muestras habría dado negativo.
Si bien son muchas las hipótesis que analiza el fiscal Claudio Bonari, la que más fuerza tiene es que la adolescente de 17 años habría sido asesinada. La causa está caratulada como privación ilegítima de la libertad seguida de homicidio, aunque todavía no hay un solo rastro de la chica.
El fiscal sospecha que Suárez, de 40 años, abusó de Daiana y luego la asesinó y se deshizo de sus restos quemándola en el horno de la cortada. Estima, además, que contó con la colaboración de varias personas, entre las que se encuentra un amigo y compañero de trabajo suyo, Fabián Ernesto "Sapo" Pacheco, y el dueño de la ladrillera, Juan Mátar.
La defensa de Suárez, sin embargo, reveló que el principal sospechoso declaró que no tiene nada que ver con el caso y afirmó que nadie vio a la chica con él ese día. "Acepta que se mandó mensajes, pero dice que él nunca se ha encontrado con ella; hay mensajes con ella y esos son los mensajes que lo tienen privado de la libertad; no hay vecinos ni nadie que haya dicho que la ha visto a ella con Suárez. Alguien tiene que haber visto algo", dijo ayer la abogada Julieta Jorrat.